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Proyecto Tinta: Rol literario.
 
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 Fichas de Makah.

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Flo
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MensajeTema: Fichas de Makah.   Fichas de Makah. Icon_minitimeMar Ago 18, 2009 4:44 pm

-Nombre: Marcus Bell
-Edad: 16
-Apariencia: Estatura promedio tirando a baja, aproximadamente 1.65m. Delgado, contextura muscular poco desarrollada, pero no llega a verse enfermizo ni debilucho. Piel clara, sin llegar a pálida, bronceada por el sol estival. Cabello castaño claro, opaco, y usualmente desarreglado, dándole la apariencia de estar recién levantado. Ojos almendrados, de color verde brillante, enmarcados por pestañas largas y oscuras, naturalmente curvadas, logrando un aspecto infantil y ligeramente afeminado. Cara redondeada de barbilla puntiaguda y las mejillas favoritas de la estereotipada tía vieja y gorda pellizca-mejillas que te obliga a comer dulces y otras porquerías menos sabrosas porque cree que estás demasiado flaco.
Sobre el lado izquierdo de su cara descansan unas finas, pálidas cicatrices, que se extienden por su cuello, hombro, brazo, y prácticamente todo el costado izquierdo de su cuerpo, hasta aproximadamente la mitad del muslo, volviéndose casi grotescas en la zona del abdomen.
Suele llevar ropa cómoda y práctica, nada demasiado llamativo. Unos jeans algo holgados, una camiseta de algodón con estampados interesantes, y unas viejas tennis negras con líneas blancas y grises que usa casi siempre. No suele dedicarle mucha atención a los accesorios, aparte de una cadena fina que lleva al cuello, con un colgante en forma de cangrejo que le regalara su abuelo paterno, y una cinta negra que lleva atada en la muñeca derecha, sin demasiado significado profundo o valor sentimental recayendo sobre ella.
-Personalidad: Un muchacho normal, usualmente alegre, de personalidad acorde a su edad. Sin embargo, cabe destacar que Marcus difícilmente pronuncia palabra alguna, a menos que crea que es absolutamente necesario o vale la pena hacerlo. En esos extraños casos en los que decide finalmente producir sonidos con su boca que puedan considerarse palabras, no suelen pasar el límite de tres o cuatro palabras, difícilmente pronuncie una frase entera, y suerte para aquellos que busquen arrancarle dos o tres oraciones.
Debido a esto, suele pasar desapercibido por la mayoría, incluso en la escuela muchos profesores se olvidan que está allí, y sus compañeros de clase lo ignoran olímpicamente. Pero a Marcus no le importa en lo más mínimo. Él es pasivo, calmado, suele pensar antes de actuar, es afectuoso y rara vez impulsivo. Aún a pesar de su falta de habla (que a veces puede hacerlo parecer maleducado y/o sacar de quicio a otras personas), tiene un bien marcado concepto de la moral y los modales, y es un atento escuchador.
Por otro lado, también puede mostrarse prejuicioso y/o tomar conclusiones apresuradas sobre las situaciones o la gente. Es muy importante para él la primera impresión, y difícilmente permita una segunda oportunidad. Cuando alguien no le agrada, simplemente se dedicará a ignorarlo como si no lo viera, oyera, o siquiera conociera su existencia.
No suele inclinarse hacia la violencia a menos que sea absolutamente necesario, y en esos casos puede ser realmente peligroso. Ha aprendido durante la mayor parte de su vida varios tipos de artes marciales, incluyendo los conocidos karate-do y tae-kwon-do, no siendo estos los únicos. Sin embargo, rara vez aplica sus conocimientos sobre personas comunes en situaciones comunes (vale aclarar esto siendo que sí los aplica con sus compañeros o maestros en caso de estar entrenando), a menos que su integridad física y mental se viera peligrosamente amenazada.
-Historia: No hay demasiado para destacar en la vida de Marcus sobre los acontecimientos sucedidos antes de sus trece años, período poco interesante en el cual protagonizaba una vida común y corriente en los cómodos suburbios de alguna ciudad Inglesa, con su grupo de amigos y una animada vida social, acompañado por su madre y padre en los momentos de estar en casa o realizar salidas familiares. Oh, sí que eran bonitos y tranquilos aquellos tiempos en los que él aún hablaba normalmente, antes del accidente.
La herida que produjo una cicatriz en su vida tomó lugar poco después de un mes pasado su décimo tercer cumpleaños. Había ido al cine cercano, acompañado por su padre, una de esas esperadas salidas de padre-e-hijo que se producían cuando el Señor Bell tenía un día libre en su trabajo. Volvían en auto, ya sobre ellos desplegado el manto estrellado de la noche, comentando alegremente las mejores y peores escenas de la película, cuando un joven conductor (no pasaría los veintidós años), probablemente alcoholizado o drogado (o quizás ambos?), decidió realizar una peligrosa maniobra ilegal que pudiera costar vidas humanas.
Marcus tuvo suerte: logró salir del accidente sin más que rasguños y cortes poco profundos sobre el costado izquierdo del cuerpo y la cara, sin heridas internas, y ni el corte más grave que había recibido (en la zona abdominal, poco más abajo del estómago) había llegado a alcanzar ningún órgano vital. Sin embargo, su padre no tuvo tanta suerte. La bolsa de aire no llegó a abrirse a tiempo, y su pecho golpeó contra el volante con violencia suficiente como para quebrar varias costillas, dos de las cuales perforaron sus pulmones (no siendo éstos los únicos órganos afectados, pero sí los que más cabe destacar). Al abrirse (tarde) la bolsa de aire, ésta sofocó al pobre hombre, quien, agonizante, murió en la ambulancia antes de llegar al hospital.
El otro conductor obtuvo graves heridas, pero ninguna de ellas mortal, y vivió para disfrutar de una prolongada estancia en la prisión. Marcus, ayudado por médicos y psiquiatras, logró sobreponerse en poco tiempo al trágico accidente y a la falta de su padre. Su madre, por otro lado, decidió una mudanza inmediata. Madre e hijo comenzaron una nueva vida en un pueblo cercano a la capital.
Al principio, mayormente debido a su decisión de no hablar y el hecho de que todos en su escuela lo consideraban mudo, se ganó rápidamente la atención de los matones de cursos superiores, que desapareció tan rápido cómo había aparecido tras un interesante show de karate-do cuando había sido perseguido y acorralado en un callejón cerrado por tres de ellos a la salida de la escuela, con una gorda promesa de ser molido a golpes si no se defendía. Desde entonces, toda la atención recibida pasó a ser primero temor, luego indiferencia, y finalmente olvido.
Retomando la situación de su madre; luego de vencer el dolor de perder a su marido, la viuda de Bell decidió que era hora de conseguir alguien más que rellenara el espacio vacío en su corazón. Lo que, según el punto de vista de Marcus, puede traducirse a 'salir con idiotas apuestos cada semana para intentar encontrar un reemplazo'.
-Otros: Creo que no me queda mucho que decir.
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