Primera Parte: El Campamento. (Introducción).

Por el contrario a las reacciones de todos los presentes, a Elizabeth le encantó el modo de dirigirse de la coordinadora. Era demencial, histerica, ansiosa, alegre, era grandiosa. Sonrió de oreja a oreja, encantada por las expresiones, sus ojos saltones, y su sonrisa desencajada. Se veía tan rara, que a Elizabeth no pudo sino encantarle.
Aún en medio de su admiración, pudo oír las palabras de los presentes, y agachó la cabeza cuando Jake comentó nuevamente el robo del Ipod. No podía dejar de sentirse culpable, a pesar de que él no supiera que ella había sido una cómplice en el asunto después de todo. Hablaría con él más tarde, ya que ella no era de aquellas chicas que se quedaban con la molestia encima. "Mejor afuera que adentro" se dijo, decidida, para seguir analizando con un brillo de malicia a la coordinadora enérgica y alegre.

Se encontraba solo a unos cuantos metros de la entrada principal de Recinto 1, el calor de los cuerpos danzantes en el interior del lugar se sentía desde su posición, el hecho de imaginar cuerpos rozándose continuamente al ritmo de la música estridente que ensordecía a quien entrase en ese establecimiento le hacía estremecer, principalmente la idea de ser devorada por esa masa de cuerpos atractivos cubiertos por el sudor con movimientos continuos de seducción le hacía cohibirse completamente, ello principalmente por tres grandes razones a su parecer: Primero que nada, por ser físicamente una tabla, segundo, porque sus ropas no eran exactamente lo indicado para bailar, y tercero, bailar no era su fuerte.

Carraspeó, ¿Cuántas horas llevaba sin probar gota alguna de agua?, ya ni lo recordaba, pero sabía que eran muchas, el ver a una que otra persona salir con un vaso en las manos le aumentaba la sed repentina. Inhaló y exhaló. Sujetó las mangas de la gabardina prestada y se dio valor mentalmente “Tu puedes Milly, entra rápido y sal rápido, será solo cuestión de segundos, ¡vamos!” . Repitió la respiración y se adentró a la fuerza al montón de personas.

Menudita como era, quedaba como una inocente varillita que apenas resistía las empujadas y golpes de los tipos y tipas que bailaban algo amontonados. Definitivamente, el talento de algunos para colarse entre multitudes en liquidaciones de ropas de centros comerciales en ella no existía, y antes de darse cuenta ya tenía el piso frente a su nariz por culpa de un codazo fuerte de un desconocido.

((volvi *_* aunque con un post deprimente XD))
El comportamiento de la coordinadora era atractivo. Atractivo para las personas que compartían los gustos de Albert.
Carácter espontaneo e insólito. Y aquellos grandes ojos vidriosos que le otorgaban una expresión alucinada.
Pero Albert no estaba en posición de fijarse en espontaneidades. Ni en anormalidades. Aun menos en ojos grandes y expresiones desorbitadas.
Se hundía en la hierba mojada de humedad, perlada de rocío precoz de una noche fresca. Reparó con el pensamiento aturdido y aletargado, que la ropa se le comenzaba a empapar, pero carecía de importancia, incluso lo aliviaba.
Se había encontrado tan mal, tan sumamente enfermo… El golpe no había sido excesivamente fuerte. Pero un puñetazo en un punto clave como lo era el estomago, y cobrado en un cuerpo tan frágil y endeble como el suyo no podía ser bueno.
No recordaba muy bien como había sucedido. Su mente se había colapsado y no deseaba rememorar las palabras de Jake. Reconstruir la situación le iba a ser casi imposible, pero se lo estaban exigiendo.
Suspiró profundamente sin responder nada, solamente descansando, con las gafas ladeadas, los músculos inertes, flácidos.
Su cuerpo evocó con retortijones el impacto y el dolor. Evocó el aire en los pulmones paralizándose, ni entrando ni saliendo. “Me asfixio” se había dicho internamente, angustiado “me asfixio”.
Pero allí estaba, enfrentando algo que no se atrevía a mirar.
No le gustaba confesar. Quizá orgullo, quizá miedo a la penalización. Quizás ambos.
—Jake —señaló con un dedo, pero sentía las manos entumecidas— me ha golpeado tras acusarme de algo de lo que no tiene pruebas.
No comprendía porque se esforzaba en protegerse del robo. Era injustificado. Cantaría Eli, y cantaría la parejita.
Debía ser, dedujo, motivo de la desesperación.

steve se encontraba tirado bajo un árbol, algo muy común en él. Ya se le había terminado su último paquete de papas fritas, así que decidió levantarse. No conocía a nadie en el campamento, sin embargo, eso no era una situación que le preocupara. Pensó que podría hacer amigos fácilmente, como lo hacia siempre, ASÍ que decidió recorrer el campamento en busca de gente. Su mirada se había fijado en una bella chica, delgada, con pelo lacio castaño claro, llamada Dina, así que se acerco a ella. Su primera reacción fue decir:
—Hola ¿podrías enseñarme el lugar?—agregando— Es que recién me despierto.

Se quedó sentado en una de las sillas que se encontraban dentro del Recinto 1. Sus ojos caramelos miraban a todos los jovenes disfrutar de la música que les ponian. Ya habia bailado con una que otra jovencita que se encontraban sentadas al igual que él; no le agradaba bailar con mucha gente a su alrededor, ya habia empujado o tirado a algunas parejas al suelo por la fuerza del movimiento de sus brazos.

Se arregló las mangas de su camisa blanca y se sacudia la polera negra un poco intentando calmar el calor que sentia por el ambiente. Tenia sed y no habia tomado nada desde el inicio de la fiesta. Suspiró cuando se dió cuenta de que para tomar un vaso de jugo tenia que atravezar lo que se podria denominar como `oleada de chicos bailarines´; revolviendoe su cabellera negra corta, se levantó de su sitio y se hizo paso entre los muchachos, teniendo mucho cuidado de no botar o golpear a alguien por error.
Pero al parecer no tuvo mucho cuidado, ya que sintió como su codo golpeaba a alguien; miró hacia abajo en donde vió a una jovencita en el suelo, preocupadó la ayudó a levantarse con cuidado mientras hacia un espacio con su mano libre para que no los empujaran.

-¿Estás bien?- preguntó cerca al oido de Milly para que lo escuchace mejor por todo el ruido de la música.

Antes de convertir su respuesta en palabras, las cuales resultarían completamente audibles en aquel tranquilo paraje, se detuvo a analizar la pregunta casi sin darse cuenta. Se trataba sin duda de una interrogante simple, pero el pequeño ya estaba habituado a llevar las cosas a su ritmo. Finalmente se volvió una vez más hacia Gael, ofreciendo una sonrisa de disculpa ante la demora:
—¡Todo lo contrario! —exclamó rodando los ojos al recordar la travesía que lo había llevado hasta ahí—. Fue toda una lucha para obtener permiso de venir. A mamá no le gustan los campamentos... y papá quería que me dedicara al estudio. Pero de todas formas, no estoy seguro de la razón por la que estaba tan decidido a venir —Observó a la chica directo a los ojos, y en los suyos se reflejaba la verdadera consternación que su afirmación implicaba. Su sonrisa de pronto era diferente. Mostraba esa clase de misticismo al que siquiera uno mismo puede darle alguna razón de ser, que nace de forma insospechada y fortuita—. ¿Sabes? Algo me decía que tenía que estar aquí. Es extraño —Pensó mejor lo último. No pudo evitar soltar una sonora carcajada—. Bueno... yo soy extraño. No podría esperarse que el presentimiento no lo fuera.

Al sentirse caer le fue imposible inhibir de su mente la aterradora idea de ser ignorada, pateada e inclusive pisoteada por todos esos chicos pesados que había a su alrededor, con la música latente en sus cabezas y cada fibra de su cuerpo, y esas chicas de tacones (algunos zapatos de tacón tipo aguja), que solo pensaban en lucir lindas y ligar en aquel campamento. Pero todas esas catástrofes sacadas de una amplia imaginación de segundos nunca sucedieron, en un abrir y cerrar de ojos una mano auxiliadora apareció para ayudarle a incorporarse. Myl aun estaba algo atontada por las “contusiones exploratorias” recibidas en su intento de avance en dirección a la barra de jugos, pero aceptó la ayuda sin protesta alguna. Aunque lo atontada solo le duró hasta que sintió la voz del chico que le había ayudado a ponerse de pie cerca de su oído. Un escalofrío recorrió el cuerpo de la chica, su rostro enrojeció con rapidez lleno de vergüenza por su poca coordinación motora que tenía ante las multitudes, y su peculiar tic nervioso no dudo en hacerse presente haciéndole morder su labio tomando distancia instantánea del muchacho, golpeando su espalda contra la de otro muchacho que bailaba tras de sí, para terminar encogida de hombros entre ambos.

- S-si, Gra-gracias –Dijo con un titubeo notable en la voz algo temblorosa por la aun no apaciguable vergüenza presente en su rostro a quien le había asistido en su caída al piso, no sabía a dónde desplazarse para llegar a la barra de jugos, se había desorientado entre tanto golpe y cuerpos mesclados, por lo que optó por quedarse simplemente ahí, evitando la mirada del chico por su torpeza de haber caído al piso sin siquiera estar consciente de quien entre el montón le había golpeado.

Miró como la jovencita se ponia toda colorada y se alejaba de él un poco para luego chocar con otro chico mas, encogiendose de hombros. Optó por quedarse callado mientras la examinaba un poco, al parecer no habia recibido ninguna herida o nada.Suspiró cuando pudo escucharla agradecer; sonrió levemente, rascandose su cabellera negra.

-¿Tomamos algo?- preguntó, mirandola y hablando un tanto fuerte para que se pudiese escuchar. Esperaba a que no se escuchase como si quisiera algo con ella, él solo tenia mucha sed ,y sin mencionar que no estaban tan lejos de la barra de jugos; y si Milly aceptaba, se podria disculpar por el golpe que le dió. No se quedaria `callado´ y culpar a otra persona por su acción, no estaba en su naturaleza hacer eso.

Miró a la chica y esperó respuesta de ella.

Estaba totalmente claro, su apariencia de niña esquelética, con lentes de marco grueso color negro, con un vestidito de manga cero de tela escocesa entre marrón claro y blanco, ligeramente arriba de las rodillas, con una correa marrón de cuero que le rodeaba la cintura y una carterita de este mismo color que cruzaba del hombro izquierdo hacia la derecha, daba por completo a entender que la chica no era de soportar tanto ruido y el roce de la gente al intentar pasar entre ellos para hallar una salida. Pero aun así, en sus pensamientos era claro que se divertía. No por la estridente canción que le retumbaba en los oídos y lograba que su corazón latiera con más rapidez obligándola a bailar, porque ella no bailaba, pero tampoco estaba sentada. Yacía de pie, apoyada en la pared mientras curvaba sus labios en una simple sonrisa divertida. No podía perder esta oportunidad por nada del mundo, simplemente era como no necesitar en esos instantes de la cámara fotográfica. Era un momento único, la gente totalmente estaba empeñada en dar su mejor aspecto esa noche y eso no hacia nada más que divertirle, al punto que de repente soltó una carcajada que fue instantáneamente ahogada por el ruido, mientras se arreglaba el maltratado cabello y enseñaba sus relucientes dientes blancos y perfectos. Dirigió sus maliciosos ojos grises a la derecha, para luego ir recorriendo con la mirada el lugar. Se mordió el labio inferior, pero intentó no reír más.

Y pensar que se negó rotundamente cuando su madre se atrevió a mencionarle por primera vez acerca del campamento, Candace jamás se había imaginado que resultaría tan ameno burlarse mentalmente de la gente en este instante, no podía esperarse a los demás días.

{Off: mil disculpas por la demora, cualquier corrección me avisan *-*}

- ¿A tomar algo? Bueno - No necesitó pensarlo siquiera para responder, le bastó solo una mirada rápida para darse cuenta que de seguro el chico le serviría para desplazarse con más comodidad entre las personas del lugar y que sabría como llegar hasta la barra de jugos sin desorientarse por la masa humana.

Carraspeó despacio para recobrar la compostura, perdiendo lentamente el color de su rostro y volviendo a su pálido tradicional, se ató nuevamente el cabello en una coleta, tanto para evitar que se ensuciase como para poder conversar sin que le molestase al hablar. - Y, ¿Cuál es tu nombre? - Dio un intento de sonrisa agradable, sin ningún toque o grado de coquetería encubierta, puesto que ella estaba en ese lugar para buscar amigos, nada más. “ Si mi madre me metió aquí sin siquiera preguntar y casi a la fuerza solo para que me haga de amigos, debo intentar conseguir uno al menos ¿no? ” Pensó para si Millideth, ya mucho más calmada y compuesta.

-Brooke Dilligan -sonrió un poco antes de agregar- ¿y el tuyo?- comenzó a caminar, haciendose camino entre los jovenes, disculpandose de vez en cuando.Una vez llegado a la barra de jugos, pudo suspira, ya mas aliviado, volteó un poco para ver si su compañera lo siguió, y al parecer sí. Sujetó un vaso y se lo entregó a la jovencita enfrente suyo, sosteniendo él mismo un vaso y tomaba despacio su contenido, agradecido de poder tomar algo de líquido.

- Si que...bailan mucho¿no lo crees?- miró a los jovenes que seguian con su baile, algo sorprendido por la habilidad de algunas chicas de poder bailar con esa clase de tacos; su pié le dolia un poco por las pisada que, justamente una chica con la que bailó usaba esos benditos taco aguja.-Esas cosas son -pensó en un momento para usar la palabra adecuada- mortales- concluyó para sí, no dandose cuenta que lo habia dicho algo fuerte.

“ Brooke Dilligan ” Repitió el nombre en su mente antes de citar el suyo: - Millideth Wagner – Al verle desplazar le siguió lo más junto que pudo (manteniendo el necesario espacio personal) para evitar perderse en el camino. Sencillamente no pudo evitarlo, suspiró con una alegría contenida por salir al fin del grupo y ver la barra de jugos. Aceptó el vaso ofrecido y bebió un poco antes de agregar: - Pero me puedes llamar Milly, es más fácil de memorizar. -

Asintió al comentario y la pregunta de su compañero y, mirando también a la multitud, dio un nuevo suspiro, esta vez con un dejo de tristeza, al menos ellos se veían felices y/o divertidos moviéndose con ropas ligeras y atractivas, mientras que ella solo bebía jugo y vivía una vida de prohibiciones de moda por su dichosa cicatriz. Parpadeó saliendo de sus pensamientos espontáneamente al oír la última frase de Brooke.

- ¿Qué es mortal? –Le preguntó con un tono y una mirada de una notable confusión.

Gael también soltó una sonora carcajada ante las palabras del chico.

— Hm...—se quedó pensativa durante unos instantes para pensar en algo que decir, puesto que le gustaba conversar con ese chico. Siempre había tenido la sensación de llevarse mejor con los del sexo opuesto antes que con las chicas y la obviedad era en su casa: tenía más batallas con sus hermanas que con sus hermanos.— ¿Has ido a más campamentos?—le preguntó al cabo de un largo rato en el que solo se escuchó el silencio armonioso de la naturaleza nocturna— Por mi parte es la primera vez que vengo a uno.—Hizo retroceder las piernas hacía ella, doblando las rodillas y luego abrazándoselas con los brazos, apoyando en las articulaciones de la pierna la barbilla y mirada hacía delante, como si estuviera pendiente de algun acontecimiento aburrido que transcurriera frente a ellos.—Realmente no sé que esperar de él pero—volteó la mirada y le sonrió apoyando ahora la mejilla—tengo grandes espectativas puestas en él, espectativas de diversión, risas, aventura... Seguro que será genial. Además, tiene una parte positiva, me acabo de dar cuenta.—Se desdobló y apoyó las manos en el tronco, volviendo a estirar las piernas y cruzándolas poniendo la pierna derecha sobre la izquierda.—¿A qué no adivinas que es?—le retó.


(((Retar = desafiar a alguién. //// Perdonen esta aclaración pero ahí en Argentina, al menos, usan retar como sinónimo de lo que en español decimos regañar. Por eso puse la aclaración, nada más.)))

Había alcanzado a reproducir un calmo movimiento negativo de su cabeza para responder la pregunta de Gael antes de que esta reanudara la charla. Las maravillosas expectativas que la muchacha conservaba respecto al campamento generaban en la mente de Paul, de pronto, una convicción irremovible, imperturbable de considerar que el haberse empeñado contra toda esperanza a acudir a aquel lugar había resultado ser la alternativa correcta. Compartía las ideas de la muchacha, y su joven rostro risueño lo dejaba en completa evidencia; no había razón alguna para ocultarlo. Una pequeña sensación de adrenalina le había acompañado desde el momento en que comenzara aquel viaje de verano; una sensación agradable que no daba muestras de querer marcharse muy pronto.

Su mente había comenzado a divagar en suposiciones, en escenas que imaginaba se dejarían ver en el tiempo que pasaría en el lugar y que confluían con las expectativas propuestas... pero refrenó sus pensamientos cuando Gael puso en discusión el reto. Ahora sí, la curiosidad le carcomía por dentro. La observó desafiante, como dando a entender con eso que sus capacidades estaban siendo subestimadas—. A que sí adivino —refutó alegre, a pesar de ser conciente de que la probabilidad de dar con la respuesta correcta era casi nula. Analizó por largo tiempo las expresiones de la chica en busca de algún indicio que le fuera de utilidad. Frunció los labios cuando descubrió en el rostro de la joven irlandesa la omisión de cualquier pista. Entonces, soltó una suposición cualquiera, sólo para ver si tenía algo de suerte—: Ya sé. Podrás hacer lo que se te antoje sin que tu hermano te vigile. ¿Le di al blanco? —preguntó con una miradita astuta.

Ardwick sonrio con satisfaccion viendo desde fuera, a traves de los vidrios empañados por la diferencia de temperatura, las luces de colores y blancas que se movian de alli para aqui, inquietas, nerviosas, produciendo sombras de diversas formas que se proyectaban en las ventanas. El ambiente olia a pasto recien cortado y el aire era limpido, diferente al de la ciudad, fresco y agradable sin todo ese humo.
El muchacho se encamino hacia el galpon en busca de alquna compañia que hiciera mas amena la noche, el hecho de no conocer a nadie lo abrumaba un poco, pero a pesar de eso no perdia el optimismo, que le decia que no tardaria en encontrar gente con la que se sentiria a gusto. ((dudosa redaccion, escucho sugerencias de mejora))
Al entrar lo invadieron el calor y la musica. Se quedo un momento en un costado, moviendo un poco los pies tratando de seguir el compas y observando el panorama como un gato cuando se encuentra en un ambiente nuevo.
Ardwick acabo su exploracion con un juicio favorable al entorno general, podia sentirse comodo. Tras formarse interiormente una opinion sobre la situacion, decidio comenzar a mirar mas detenidamente a donde queria acercarse. Eligio para comenzar un alegre grupo de chicos que bromeaban amistosamente en un costado, pero en el camino su vista se concentro en una chica que permanecia sentada con una neutra expresion que sentaba muy bien a sus facciones.
-Parece que estuvieras mas para dormir que para bailar.-comento como al pasar a la jovencita posando una mano en su hombro.-Soy Ardwick.-se presento mostrando todos los dientes con alegria, trantando de que ella no se viese turbada por su acercamineto.

Miró a Milly por un momento ¿Habia dicho eso en voz alta?.Suspiró un poco. - Los tacos....son mortales y dolorosos- respondío el moreno, tomando un sorbo de su jugo.Se arregló nuevamente las mangas de su camisa, arremangandolas un poco, si que hacia un calor en ese lugar- ¿Como haran ellos para seguir bailando?- pensó, rascandose un poco su cabellera negra.

-Cuantos años -pausó un momento, se sentia un poco incomodo con su voz profunda y gruesa- tienes Milly?- La miró nuevamente, ojos caramelos ahora prestando atencion a su acompañante.

- Creo que sí, aunque a decir verdad, nunca eh usado unos -Dijo observando a los bailarines, o más específicamente, los tacones de las chicas. “ Quizás sería bueno que intentase usar de esos zapatos cuando termine esto. ” Pensó, bebiendo un poco de jugo, pasando la vista en busca de la salida del establecimiento, el calor del lugar no le agradaba, en especial por que tenia la calurosa gabardina prestada encima, pero ni loca iba a sacársela. En eso escuchó la pregunta de junto, regresó su mirar al alto, quitando el vaso de su boca para poder modular, que en su pensar se había puesto a morder el extremo por el que bebía.

- Tengo 15, ¿tu? - Intentó mantener la vista en los ojos caramelo, pero no pudo, era alguien demasiado imponente a su parecer como para mantener una mirada, especialmente por la voz profunda que le perturbaba en cierto modo.

((Oh, I know, mis preciosos jugadores van a matarme. Mis disculpas por la ausencia, la vida real me clava las garras.
Y Miau vino el domingo a mi casa y me hizo la pendeja más feliz del mundo ...
Mis personajes favoritos hasta el momento son June (), Laurent, Paul y Candace, sin duda.
...¡recuerden usar guiones de diálogo! *Les saca la lengua toda cursi y contenta*))

—Oh no —murmuró bajo la coordinadora con el tono de quien oye una auténtica tragedia, parpadeando —, oh, ¡no! —repitió, y era perturbador. Sus ojos se abrieron aún más y el cuerpo se incorporó en un solo movimiento, saltando, dando una palmada al aire. La mirada reprobatoria solo duró unos segundos antes de volverse comprensión jovial e indulgente, y los brazos en jarras hicieron que sus hombros huesudos se levantaran al inclinarse sobre ellos.
—¡Eso está muy mal! Y no queremos decir que no esté bien que se relacionen, pero ese no es el modo, corazoncitos. No es el modo, la violencia nunca, nunca, nuncanuncanunca es buena. Alby, cariñito de algodón, ¿por qué hiciste algo así? No es necesario que nos mientas, no vamos a castigarte por haber cometido una equivocación que afortunadamente, maravillosamente, fantásticamente, tiene solución. Lo mismo por tí, Jackie, pero ¡controla tu violencia, gran chico malo! Y tú, Alby, ¡controla tus impulsos! Sabemos que todos pueden llevarse bien sin esfuerzo, y lo comprenderán mañana con la Canción de la Amistad. ¡Será muy divertido! —y allí una risa aguda, clara y dulzona le impidió continuar el discurso, por lo que cedió la palabra a su compañero, para que hablara a los demás implicados, con una mirada ante todo entusiasta.

((Editaré este post una vez Andi haya posteado, con la parte de Alex.))

Olive comenzó a seguir con sus manos y boca el ritmo de la música actual, una canción bastante acelerada y de tonos bajos. Su vista se dirigió sin mucho cuidado de lo que estaba frente a ella al cielo, quedándose colgada en este ultimo. Siguió con bastante suerte su camino, aun sin percatarse sobre que caminaba. Sus pies lograban fingir tener ojos, ya que a pesar de estar caminando sobre un camino pedregoso no había aun tropezado. Mientras la canción cambiaba a una mas calma y aguda, Olive se percato de que había casi rodeado el Recinto 1 y estaba más cerca del bosque que del edificio. Dio media vuelta y retomo su camino, esta vez mas concentrada en sus pasos.

Sin embargo, no fue mucho tiempo el que paso para que Olive lograra distraerse con la música de nuevo, mas esta vez a pesar de estar mas cerca del Recinto, las piedras lograron engañar la coordinación de sus pies y tropezó no muy fuerte, pero bastante a decir verdad para ocasionarle un moretón y quizás un raspón si caía al suelo. Pero tuvo suerte, por lo menos sus rodillas, ya que fue a dar contra un tipo que sostenía un cigarrillo.

Ariadna asintió con una mirada curiosa y atraída hacia los ojos del chico. No vivía demasiado lejos de ella, pero no se hizo tiempo a darlo a conocer.
—Ok. Vamos afuera —terció con simpleza, sujetando con una mano la punta de su larga y gruesa trenza, dando un pasito hacia adelante. Pero obviamente el cuerpo de Stan, mucho más alto, le impedía avanzar. Y si bien el moverse en la masa de gente bailando era muy sencillo, no sabía para qué lado quería salir él. Se humedeció los labios finitos con ligero nerviosismo, aguardando que el chico encabezara la marcha.
Ya olvidada, claro, de su blusa arruinada. Después de todo, una mujer con más curvas que ella podría haberse preocupado de lo que un pecho mojado significaba, pero Ari era...chata, conciente de ello, y no se preocupaba.
De paso, si salía junto a Stan, quizá pudiera ver a los dos chicos que la habían ensuciado y "saludarlos".
((Minipost somnoliento.))

June alzó la vista con cuidado, los ojos bien abiertos para encontrar el rostro irradiante del chico que la saludaba. Le sonrió con sorpresa, sin demasiado entusiasmo, levantando la cara de la palma en la que descansaba, con un leve atisbo de risa cordial.
—No dormí muy bien antes de venir ¿se nota demasiado?— mintió como burla, sonriendole. Estiró la mano pegajosa por estar aplastada contra su cara hasta recién, para estrechar la suya.— Encantada, Ardwick. Soy June.

((Chicos, post muy pobre… es que quería dejar posteado ya pero no estaba del todo inspirado, mil disculpas por el atraso. No pasara lo mismo la próxima vez! ))

Tras ir a buscar a Jake, los coordinadores les dieron el sermón tan esperado por todos. Lyle solo se limito a escuchar, asentir con la cabeza algunas veces y estar la mayor parte del tiempo cabizbajo por la vergüenza.
Digamos que no tenia planeado ser regañado y causar problemas su primera noche, y peor aun, hacer que metiesen a Lyla en todo eso.
Ella dijo que les tenían que dejar explicar mejor, y busco con la mirada la ayuda de Ly, pero este se limito a encogerse de hombros y, cuando se le ocurrió algo que decir, Jake comenzó a disculparse y a hacerse el chico bonito de manera bastante sarcástica. Lysander puso los ojos en blanco y siguió escuchando. Después de eso, habló esa extraña coordinadora con voz chillona y un poco… molesta.
“Dios, que esta se parece a Umbridge... pero mas joven” Pensó el greco-escocés, recordando ese personaje de la serie de libros de Harry Potter. La encontraba bastante sínica, pero prefería no hablar, ni hacer gestos ni demostrar nada que podrían agravar las cosas.
— Si, disculpen— Dijo Lyle de pronto, dando un ligero paso adelante, casi imperceptible. — Sé que yo también cometí un error, pero quería dejar claro que mi….— No sabía si decir amiga o compañera— err… compañera, no tiene nada que ver en este asunto, por lo que, ¿podría retirarse y evitar todo esto?—
Miró sonriendo a Lyla, luego suspiró esperando la respuesta.

(( Porfis corríganlo ;__; Gracias! ))

((Hola! Mucho tiempo sin estar por aqui T_T)

Lyla miraba la escena con expresión de abatimiento en los ojos. Se sentía tan cansada que a ratos se olvidaba de fingir que estaba escuchando a la melosa coordinadora, estaba muy segura que la "Canción de la amistad" no era lo que se habìa imaginado cuando le paso por la mente participar en un campamento. Ya era muy tarde para ser optimista.
La muchacha miraba a Albert y a Jake, alternando en su cabeza los posibles resultados de la situación...¿Que haría si los coordinador es le pedían que contara su versión de los hechos? Fue entonces cuando Jake tomó la palabra...
"Pero me temo que la parte del robo, a diferencia de lo que dices, es verídica; y a pesar de que aquí todos los presentes están, ¿cómo decirlo?, “De tu lado”. No pueden negar el hecho de que tú me robaste querido compañero"
Lyla se levanto de su asiento como si un resorte la hubiera impulsado. Las mejillas se le encendieron y la coleta que llevaba se deshizo por el impulso.
-¡No estoy de lado de nadie!- Exclamó la chica a la vez que lanzaba a Jake una mirada acusadora -No fui yo quien te robo...
Lyla dejo de hablar. Hizó un gran esfuerzo por serenarse cuando Lyle comenzó hablar. Notó que el muchacho había titubeado cuando se refirió a ella, al final la había llamado "compañera". Lyla sonrió a medias, más relajada y un poco conmovida, le parecia tierno que Lyle se tomara la molestia de interceder por ella....Sinto ganas de decirle algo pero no pudo más que acercarse a él.

(Buuu quedo bien raro, problemas de coherencia y espacio tiempo)