Primera Parte: El Campamento. (Introducción).

((No pasa nada, chicas.
Perdón por estar desaparecida, cierres de notas y actos por todos lados y mi pc está rota y todo es una mierda y eso.
Dejo un post de mierda y acepto crítica constructiva, destructiva y todo eso.))

Alex pudo ver a Olive tropezar como en cámara lenta. Dejó que se le escapara una risa malintencionada mientras la mantenía erguida con un solo brazo, era tan liviana como poco grácil, e igual de simpática. Poca atención le prestó al entorno hasta que reparó en el flaquito larguirucho parado cerca de ellos, colorado e incómodo. Lo examinó con curiosidad unos segundos de sorprendido silencio, mientras enderezaba a Olive.
—Hola.

Retrocedió un paso, alejándose así unos cuantos centrímetro de la chica; una pequeña rama crujió bajo sus pies al ejecutar la acción. Pero siquiera el sobresalto que le causó aquel sonido, amplificado por la quietud circundante, cambió la perplejidad que brillaba en aquellas pequeñas cuencas pardas.

―Eres demasiado extraña—le acusó, respondiendo a las dulces palabras de Gael y a su sonrisa maternal con una mucho más ancha, una mucho más espontánea. Se sintió extraño al dejar escapar tal afirmación; ya se había acostumbrado a ser él quien recibiera ese tipo de juicios y no quien los enunciara.

Reclinó su espalda contra el tronco más próximo, cuyo diámetro multiplicaba veinte veces el del muchacho. Lo cierto era que se encontraba tranquilo. Lo que le perturvaba, lo que realmente no le agradaba de aquella situación era la idea de haber arrastrado con él a una joven que apenas había conocido y que en nada era responsable. Sabía que la preocupación de ser descubiertos no podía habérsele olvidado de un momento a otro, era evidente. El hecho de que ella intentara librarlo de cualquier sentimiento de culpabilidad no hacía otra cosa que dar rienda suelta a su frustración, que comenzaba a avanzar lenta, pero completamente segura.

—Pero, como sea, tienes razón—el aire retenido en sus pulmones escapó en una especie de lamento silencioso—. Ahora... imagino que de seguir caminando sólo conseguiremos adentrarnos más en el bosque. Tenemos dos opciones: Esperar aquí hasta que aclare un poco, o hacer que este vagar por la nada valga la pena.

((Ahora que mi vida vuelve a "normalizarse" sin contar que mis padres cada vez son más irritables, al fin puedo escribir. Tuve un amago de conseguir escribir hará un mes o dos, pero fue solo eso, un amago. Además de la normalización, también me ayudó un golpe de inspiración de mi musa, estoy escribiendo un relato que me está gustando tanto que se me ocurrió hasta la locura de escribir otros cuantos con temática parecida y luchar por publicarlos~ Bueno, con esto intento disculparme por la tardanza del primer post aquí y de los que debía en otros lados... Manos a la obra~ Creo que va a ser un reto, en mi vida estuve en un campamento y lo más parecido en lo que estuve furon albergues en los que apenas dormíamos y comíamos (exceptuando que el de Asturias tenía cosas interesantes que ver y por ello por la noche antes de dormir nos lo enseñaban)))

La fiesta había acabado. Había estado dentro del recinto donde esta se llevaba a cabo solo por curiosidad, hacía tiempo que no iba a una, así que fue solo para recordar "viejos tiempos", teniendo el único resultado de haberse aburrido, estando en una esquina del lugar, ignorada y satisfecha con este hecho, lo único productivo fue el poder saber como era la mayoría de las personas con las que iba a convivir en ese campamento. Como si fuese el perro que guiaba al rebaño de ovejas, dejó que todos se arrastrasen hacia la salida mientras se quedaba atrás, para no ser empujada.
Cuando ya estaban todos fuera, se mezcló entre la multitud: ahora que estaban al aire libre, no había tantas probabilidades de ser arrollada como entre cuatro paredes. Los monitores, que por razones obvias le recordaban a los personajes de los programas educativos para niños, los mandaban ir a dormir. Estando en un lugar desconocido para ella, eso era una pérdida de tiempo, todo lugar desconocido era interesante y despertaba su curiosidad, así que se negaba a ir a dormir.
Aprovechando que con la elección de cabaña la gente estraba y salía, no sería extraño verla no ir directamente a la puerta de una cabaña directamente, el que ese día llevase ropa negra -camiseta de manga corta, pantalón vaquero negro por encima de los tobillos, una cazadora de manga larga, bastante abrigada y pensada para usar por la noche, y unos playeros- la ayudaría a escabullirse. Decidida, se fue separando de la multitud y fue a la parte trasera de la cabaña más alejada. Allí se apolló contra la pared y se preguntó que hacer. Miró al oscuro y viejo bosque, no parecía mal lugar para explorar, solo había un problema: ir sola no era muy inteligente. Se quedó ahí un rato, pensandose un poco si adentrarse en él o no. No pudo resistirlo, se alzó del suelo y corrió silenciosamente hacia los árboles, yendo se uno en uno, escondiéndose tras sus troncos, esquivando ramas, raíces y demases, todo más bien a tientas. El continuar andando le pareció tan atractivo que no se paró a pensar en como volver. Entonces, al ir a dar un paso más, su pie quedó atorado en lo que parecía una raíz, al no verlo con mucha claridad, no estaba muy segura de como sacarlo de ahí.
- Demonios... -farfulló moviendo el pie para sacarlo de ahí, enfadada, acabó moviendo la pierna entera como su diese patadas a un bulto invisible, consiguiendo únicamente caer- ¡Mierda de raíz del infierno! -gritó al caer en el suelo, al ver que la raíz se había roto, la agarró y la lanzó sin mirar a donde- ¡Ja, a ver quien se ríe ahora! -dijo triunfante para luego sentirse ridícula.
Se quedó ahí sentada unos instantes, se veía poco ahí, pero era mucho más interesante que dormir, se alzó con tranquilidad sacudió su ropa y siguió caminando.
((Si hay algún problema, avisad.
Lo de la raíz y eso es para hacer algo de ruido y si pasa alguien por ahí se encuentre con ella, lo digo por si acaso))

(Mil perdones por la tardanza ú.ù, no tengo excusa)

Gael le miró y miró a su alrededor.
―Extraña―sonrió―son formas de ver la vida distintas, Paul. ―Entonces, el silencio volvió a adueñarse del lugar donde estaban y ella empezó a sucumbir al interior de su mundo privado cuando un grito, quejas y una caida, la hizo regresar de golpe y porrazo a la realidad. Se separó del tronco donde estaba recostada y miró a su acompañante.―¿Has oido eso?―le preguntó nerviosa―¿De dónde habrá provenido?, es alguién seguro pero... ¿será seguro ir a ver?

Entre la caminata conversada y los manotazos a los insectos que se le acercaban, Millideth no se percató en el momento exacto en el que el chico con el que hablaba se había marchado. Solo se dio cuenta de su soledad luego de esperar por un buen tiempo la respuesta a su pregunta. En su momento había sentido la mirada de él siendo mantenida, pero la sombra a quien hablaba no era más que eso, una sombra semi-humana de un árbol cercano, y la mirada de seguro la de algún animalillo nocturno.

No pudo sentirse más estúpida, había confundido a alguien con un algo que ni siquiera podía moverse de su lugar, se ruborizo al haber sido abandonada entre los abetos, pinos y arbustos sin mayor explicación. Bajó la cabeza algo deprimida, hasta que sintió unos gritos y golpes de madera chocando con madera no muy lejos que le hicieron alzar la mirada. Intentó encaminarse en dirección al sonido, pero su orientación era un verdadero asco, por lo que antes de darse cuenta ya estaba bastante inserta en lo profundo del bosque, donde el único sonido era el de algún arroyo o riachuelo no muy lejos….

((Cathy no puede seguir en PT, está muy ocupada con sus estudios y me pidió que les dijera que desertaba del foro…así que si alguien quiere interactuar con Milly la abandonada ahí esta ;ˆ; ))

Olive, con la cabeza algo aturdida, se enderezo lentamente a pesar de la ayuda de Alex, esta caída si había sido bastante fuerte. Sin embargo, simplemente limpio las hojas y tierra de su ropa; las ramitas en su cabello fueron un poco mas difíciles de quitar.
―Hola ― Repitió y sonrió. ―¿Eres un espíritu?― Río tranquilamente.
El húmedo moho había dejado sus jeans y codos un poco mojados y el viento la enfriaba. Le dolía un poco apoyarse en su pierna derecha así que se apoyo tenuemente contra el costado de Alex.

((Un poco corto =S despues veo si le agrego)

((Siento la tardanza, pero no estaba))
Ladeó la cabeza haciendo que su bastante corto pelo se desplazase a un lado, escuchó atenta a lo que había creído silencio, pero estaba segura de haber escuchado pisadas y lo que a sus oídos llegó como murmullos. No podía asegurar si los pasos eran un alguien o un algo, pero los murmullos sonaban más bien a alguien y estaba segura de que si hablaba un poco alto podía dirigir a ese alguien hasta donde estaba ella.
- Esto es interesante, al parecer no soy la única que está en el bosque -murmuró para sí, pensando en voz alta.
Las pisadas se había alejado ya lo suficiente como para se incapaz de oírlas o de determinar algún cambio de dirección.
- Yo que quería ir a por el algo...
Pensando que quizás el ya bautizado "algo" en realidad era alguien perdido, decidió seguir hablando. Le parecía interesante ir con un o unos desconocidos a buscar a otro desconocido por un bosque también desconocido durante la noche.
- ¿Hay alguien ahí?-dijo acercándose al grito, pero dejaba mostrar la tranquilidad con la que se tomaba la situación.
Caminó pateando el suelo con fuerza para ayudar a "alguien" a encontrarla, sonriendo sin poder evitarlo al oír algunas raíces romperse, como venganza por haberla hecho caer antes. Se apoyó en un árbol para esperar que “alguien” la encontrase mientras golpeaba el suelo con el talón a un ritmo monocorde, para que el ruido les guiase, aunque, si recibía respuesta y ellos no venían, iría ella.

((Por supuesto, me sumo a las disculpas. La vida real es exigente u.u))

Lo pensó dos veces antes de decidirse a dirigirle una respuesta a Gael. Ambos estaban de acuerdo en un asunto: Ya no eran los únicos en el bosque. Pero resultaba del todo incierto lo perjudicial o beneficioso que podría resultar un encuentro con quien (o quienes), como ellos, se habían internado en lo profundo de aquel altar del silencio.
Tras cinco segundos en los que no se repitió un solo murmullo, el joven Paul expresó su juicio:
―Tendremos que jugar a los espías―decidió, recuperando la sonrisita jovial que por unos instantes se hubiera esfumado―. Lo más probable es que no corramos ningún riesgo... pero no perdemos nada siendo precavidos.

Comenzó a caminar con pasos ligeros, sosteniendo a su compañera de la mano como otro método de precaución para evitar que ambos se perdieran por su cuenta. No dejaría de sentir la molestia de la culpa mientras no viera que la joven estuviera resguardada en su propia cabaña.

Entonces el silencio volvió a convertirse en el telón de fondo, y no en el actor principal, cuando una voz claramente femenina comenzó a hablar en voz alta. Parecía un sonido cercano decidido a darles caza, según dejaban ver sus pasos poco disimulados que parecían pisarle los talones a Gael y Paul. Ambos fueron a su encuentro con determinación, luego de unos torpes pasos de retroceso, mientras la muchacha avanzaba... pero resolvieron detenerse al mismo tiempo, las manos aún unidas, cuando la desconocida se delataba detenida en cierta posición. Estaban, con seguridad, a pasos de ella. Pero en medio de la negrura que arrasaba con el lugar, resultaba difícil aclararlo con certidumbre.

((Bien... he editado el post. Muchas gracias por la aclaración Nitta! De veras lamento haberte dejado detenida u.u))

(Y sigo en blanco, pero dejaré post x.x)

Gael seguía aferrando con algo de fuerza la mano de Paul y mirando a su alrededor mientras sentía como su corazón palpitaba en su interior y pensó, fugazmente, en que eso era divertido.
―Criatura de este o del otro mundo―empezó a hablar―muéstrate y danos señales de tu existéncia. Si eres humano, da unos pasos al frente, por el contrario, si eres una criatura mística, manifiéstate.―Y, nada más terminó de hablar, un estremecimiento le recorrió la columna vertebral haciendo que soltase la mano del chico a su lado. Sabía que era un humano, por el grito, pero todavía medio metida en su mundo de fantasia había decidido que también había que ser cortes con los otros seres que poblaban el mundo en su imaginación porque, ¿realmente existen?. Jamás se planteaba esa pregunta y ese tampoco era el caso. Miró a Paul y le sonrió, transmitiéndole un tanto de seguridad y confianza, tranquilizándole, si es que eso era necesario. De esa guisa, aguardó a los acontecimientos.

((Bueno...Me toca sumarme a las disculpas por tardanza ^^U))

Caminando tan lentamente como pudo, Stan hizo rendir los cincuenta metros que separaban el lugar de dónde se había despedido de Ari de la cabaña de los chicos unos cinco minutos. Sencillamente, no quería ir a dormir, no quería desperdiciar la noche de esa manera. Y el hecho de que lo tuviese que hacer porque esa coordinadora se lo dijese lo hacía aún peor...Pero la situación era clara: o se iba a la cama, o tendrìa problemas con la molesta y sonriente mujer Y no querìa problemas
De ese modo, pesadamente y contra su voluntad, abrió la puerta de la cabaña. Se sorprendió de encontrar a casi todos en esa cabaña durmiendo, y a la minorìa despierta mirando el techo o con la mirada en la nada. "La fiesta debe haberlos agotado..." supuso, casi lamentando el no haber bailado. Después de todo, quería dormirse lo más rápido que fuese posible
Asi pues, buscó una cama libre cerca de una ventana y se hechó probando suerte para encontrar el sueño...Cosa que, intuyó, no sucedería en un buen rato.

((No me gusta demasiado...Si notan algo para correjir, háganlo por favor x) ))

Al escuchar las palabras que salían seguramente de una mujer, se tragó unas buenas carcajadas y se acercó a ellos. El sonido de aquella voz le ayudó aún más a guiarse.
—No sé si decepciono a alguien, pero no soy un ser sobrenatural—dijo divertida, para luego decir en un murmullo—que yo sepa...—esa vez le fue imposible no reírse, al menos era de su propio chiste y no del ajeno—Me presento, soy Christine Lilien, pero prefiero que me llameis Chris.
Mientras esperaba a descubrir el nombre de los otros, se apartó todo el pelo de la cara. Su tez era lo único claro que tenía, sus prendas eran muy oscuras y dificultaba que pudiesen verla, así que lo mejor era que por lo menos la mínima luz se reflejase en su cara.

La sonrisa se ensanchó en su rostro cuando escuchó las órdenes que Gael dictaba a el ser desconocido que se encontraba cerca. Sin embargo, no pudo dejar de observarla con cierto aire de admiración y respeto ante la última evidencia que daba fe de la fidelidad a sus creencias.

Avanzó tres pasos cuando la joven desconocida se presentaba sin recelo ante ellos, y soltó un suspiro de alivio sin ser conciente del hecho. Los escasos rayos de luz de luna que se filtraban por entre el follaje revelaban la identidad de una de sus compañeras de campamento. Por el momento, se mantenían libres de cualquier problema con los monitores.

—Llevas razón—concordó luego de observar a la chica con detenimiento mientras despejaba su rostro de aquella corta cortina de cabello—. No eres ni pizca de sobrenatural—bufó con frustración, para luego dar paso a una suave carcajada que se amplificó en el silencio—. Paul LaHaye—se presentó, estirando su mano a la muchacha, y dándole la oportunidad a Gael de presentarse por sí misma.

Ella* buscó con la mirada al chico gigante que se encontraba hacía dos minutos frente a ella, hasta que finalmente asumió que lo había perdido. "No hay problema", se dijo "ya lo veré mañana". No estaba particularmente cansada, pero de todos modos, se dirigió a la cabaña más cercana. Siguió las indicaciones de la mujer que sonreía como si la vida se le fuera en ello (le pareció adorable) y se encontró con que la maypría de las camas estaban vacías. Abrió su maleta para sacar la polera que había tomado de un cajón de su hermana. Como ella era más alta, siempre podía usarlos de camisón. Comenzó a desvestirse, hasta que una chica le gritó que por lo menos podía cerrar la puerta. Entre risas, la cerró y terminó de ponerse el pijama. Se acercó a la cama donde la chica se había acostado, y se presentó.



(No entiendo qué pasó con las maletas, según yo ya deberían haber estado en las cabañas antes de que se fueran a la fiesta. Si alguien me exlica, me haría muy feliz. Si alguien tiene interés en hablar con Hella, que se sienta libre, si no, no pasa nada, será una chica cualquiera. vuelvo en dos semanas a casa, así que ahí podré postear más a menudo . La próxima semana no cuenten conmigo para nada, voy a estar en Paris <3).

—Gael O'Connell—se presentó la joven mirando a la recién llegada.—Un gusto y un placer conocerte y, no, no decepcionas a nadie al no ser un ser sobrenatural—se rió con naturalidad.—¿Te perdiste o, escapaste de los monitores?—inquirió mirándola. Quizás la aventura que habían iniciado ella y su acompañante, no hubiera llegado a su fin y aquello, aunque mínima e interiormente, la alegraba.—Sea como sea—empezó a hablar sin darle tiempo a contestar, para formular una nueva pregunta—¿Te unes a nuestra búsqueda de aventuras?